"No se tomen los Premios Oscar tan enserio"

Evento realizado por la Universidad Panamericana Campus Guadalajara
20 - Feb - 2020


El experto en cine Gabriel Domínguez, profesor de Guion Cinematográfico de nuestra Universidad, afirmó el martes: “No se tomen los Premios Oscar tan en serio”. Nuestro maestro, que actualmente realiza su tesis doctoral sobre el séptimo arte, hizo estas declaraciones en el marco de la plática Entre guasones, parásitos y conejos, en la que se dieron cita los amantes del cine y aquellos a quienes alguna película nominada en los Premios Oscar les despertó interés y emociones. Durante casi 90 minutos, tres expertos de la Universidad Panamericana se reunieron para platicar con los alumnos sobre las películas ganadoras -y aquellas que no lo fueron, pero estuvieron nominadas- en un coloquio en el que se descubrieron detalles interesantes sobre el funcionamiento de estos premios de la Academia. Además de Gabriel Domínguez Partida, que intervino vía Skype desde su estancia doctoral en la Texas Tech en Lubbock, Texas-, participaron los maestros Raúl Bonillas, profesor de audiovisual y cine, y Rodrigo Chanampe, profesor y especialista de cine.

El maestro de ceremonias fue Antonio Vázquez, quien, tras presentar la plática hablando de algunas curiosidades sobre el evento de las estatuillas doradas, dio una serie de detalles sobre la logística que se maneja dentro de estos premios, tanto en la alfombra roja como en el patio de butacas, y cómo es que las empresas buscan publicidad ofreciendo los productos o servicios que conforman la canasta de premios que se les da a los nominados.

Los críticos empezaron con una visión realista y práctica de lo que suponen estos premios, al asegurar que estos van mucho más allá de lo cinematográfico. Los tres coincidieron en que los Oscar tienen mucho de político, ya que es difícil que se abstraigan de las cuestiones sociales y políticas actuales y, al final, quién decide qué es lo mejor cada año es un grupo de personas que se encuentra en una posición favorable en la industria del cine. Por ejemplo, si el espectador ya vio Parásitos, la película ganadora en los premios, se dará cuenta de que la temática busca despertar cuestiones sociales que se viven en la actualidad. Por otra parte, en los mismo premios Óscar pudimos ver formas polémicas de enviar un mensaje al mundo como lo fue el caso de Natalie Portman usando un vestido con todos los nombres de directoras de cine que merecen la pena ser recordadas (aunque no lo fueron por la academia). Hagamos ahora un repaso por esta y las otras películas ganadoras.

Parásitos
Comenzando con la crítica a la ganadora a Mejor Película, los expertos coincidieron con que era realmente merecedora del premio. “La película logró que se viera la realidad, una consecuencia de modelos fallidos económicos… ganó sin la necesidad de tener un Brad Pitt o un Leonardo DiCaprio y narra una historia que merece ser contada, aunque sea universal y ocurra no solo en Corea del Sur”, opinó Gabriel Domínguez.} El elemento más fuerte (y decisivo) que hacen a las películas extranjeras diferenciarse del montón, y más aún, ganar la categoría de mejor película del año, reside en el guion cinematográfico, el núcleo de la historia y el impacto que ésta llega a tener. Por lo que está más que claro que Parasite debía ganar esta categoría y afortunadamente, lo hizo.

Joker
Sin duda, Guasón (Joker) es una de las películas favoritas, que trata de un tema social que es fuerte, pues, a pesar de que el personaje principal sea de cómic, la trama es mucho más profunda y reflexiva: “Mientras más se distancian de los temas de cómic típicos, más se puede profundizar en otro tipo de temas, como Joker, en lo social” afirma Raúl Bonillas. En mi opinión persona, creo que Joker debió haber ganado a mejor película ya que a pesar de que tiene esta similitud con Parásitos de muestras las injusticias y contraste de las clases sociales (como los pobres son tratados como “basura” y como los ricos gozan de más aceptación social), no todos pueden identificarse con la familia Park de Parásitos. En cambio, Arthur (Joker) puede ser cualquiera de nosotros, y nos identificamos con él a pesar de que no vivimos ni hemos vivido esa situación. 

Es tan desgarradora su interpretación y todos los sentimientos que abarca en cada escena que nos hace meternos en sus zapatos a la puerta y darnos cuenta de que no queremos seguir viviendo en un mundo donde la amabilidad y la empatía no existe. En nuestro intento de encajar en la sociedad todos los días nos esforzamos de poner “nuestra mejor cara” y tratar de hacer felices a los demás. Es un mensaje directo a las enfermedades mentales, pero también a la depresión, la insatisfacción y el rechazo, mezclando toda una atmósfera revolucionara que surgió como consecuencia a algo de lo que Arthur, no tuvo la culpa, pero terminó aceptándolo con orgullo en el último acto de la película: “Las personas no sabía que existía, y ahora me estoy haciendo notar”. 

Pudimos ver una película dentro de un mundo heroico donde el aspecto acción se dejó de lado completamente al igual que el heroísmo blanco al que estamos acostumbrados, viendo el lado más miserable y vulnerable de un villano (quizá por primera vez). Mostrando su humanidad, nos damos cuenta como adultos del pequeño panorama que solíamos ver de niños sobre los que son “buenos” y los que son “malos”: Al final quizá no hay personas malas, solo personas con mala suerte (la película Logan como otro claro ejemplo de ello).



Incidiendo en el aspecto social de la película, los participantes recordaron cómo el momento clímax de la trama influyó incluso en las revueltas sociales en Chile, en las que la gente salió a protestar con la imagen de Joker. Bonillas remarcó que incluso Parásitos no haría eso. La gente se puede identificar más con el personaje” que con los de otras películas ganadoras. Por lo tanto, para nuestro profesor de Audiovisual y Cine, el premio que le entregaron por mejor actuación a Joaquín Phoenix era bien merecido, y lo mismo a la banda sonora.

“Gusta la película porque es un personaje con el que todos podemos empatizar, ese es el valor, se va viendo cómo el villano va evolucionando en el sistema y es lo que logra su presencia en los Oscar, no el venir de cómics, sino el personaje” comentó el profesor Rodrigo Chanampe.

Las demás nominadas

Los críticos no se detuvieron mucho a aplaudir las restantes películas, como Jo jo Rabbit, 1917, El irlandés, Mujercitas, Historia de un matrimonio, Érase una vez en Hollywood y Le Mans 66; sin embargo, no les quitaron el mérito porque los tres coincidieron en que son buenas películas que cuentan historias atractivas. Los expertos también opinaron que 1917 es una cinta que hace un homenaje a lo que se puede hacer con el cine, no propone una gran historia ni se le exprime tanto, pero sí logra ser impactante visualmente; por eso, tiene que verse en la pantalla grande. A pesar de que la fotografía de 1917 es casi perfecta y todo un deleite visual que no debemos perdernos, películas como The Lighthouse debieron ser nominadas a más categorías como las que tuvo oportunidad 1917. Sin embargo, al ser cine de arte abstracto, la academia consideró inadecuado meterla al igual que películas de cine alternativo como UncutGems (al igual que pasar por alto el extraordinario papel que llegó a hacer Adam Sandler en esta película).

Gabriel Domínguez afirmó que Jojo Rabbit es bastante acertada y logra conectar con la audiencia al representar la inclusión; sin embargo, mi postura personal de Jojo Rabbit defiende que el filme es bueno ya que logra combinar los horrores de la guerra y del nazismo de una manera original, lo malo es justamente lo que la termina convirtiendo en una película sobre valorada: su toque excesivamente infantil utilizado como una salida fácil. Por su tratamiento y por su desenlace Jojo terminará siendo una película olvidada a pesar de ser recibida con los brazos abiertos por la audiencia. Por otra parte, es cierto que, si la ven con una mentalidad abierta a aprender, les va a inspirar a buscar su propia libertad.

Al hablar de El irlandés (The Irish man), la película lanzada por la famosa plataforma Netflix, los tres críticos coincidieron en que puede haber sido la más criticada. Este largometraje, de casi 3 horas y media de duración, se sumerge en los misterios de la mafia italoamericana y critica, como ninguna película lo ha hecho antes, incluso a los Kennedy, tal como afirmó Raúl Bonillas. Esta película dio pie a que los críticos resaltaran el auge de Netflix y, a la vez, la reticencia de los miembros de la Academia a premiar a una de sus películas. Tal como concluyó Gabriel Partida: “Sería negar las raíces del cine, diciendo que una película se puede ver en la comodidad de tu casa y no en la pantalla grande, porque si algo tiene el cine es la resistencia, el que renuncien los creadores a estar en una pantalla donde no le puedes poner pausa”. 

Era de esperarse que ninguna película proveniente de la plataforma Netflix, iba a ser bien reconocida. Como, por ejemplo, historia de un matrimonio y sobre todo Klaus para la categoría de mejor película animada, la cual se terminó llevando la casa del ratón, por milésima vez. Los expertos recalcaron el hecho de que la animación no es un género, y por consiguiente no debe considerarse como tal. Lo que se premia de una animación es su técnica, su originalidad y su inversión (por ello casi siempre gana Pixar y Sony esta categoría). Como dato curioso, es interesante mencionar el recado que la academia tiene hacia algunas productoras creadoras de cine independiente, una de las más evidentes es el Estudio A24, responsable de películas traumáticas y artísticamente inigualables como Hereditary y Midsommar del director sueco Ari Aster. 

Este año Midsommar no fue nominada a los Óscares para básicamente nada, ni si quiera Florence Pugh por su perfecta interpretación en ella sino como actriz de reparto en la película Mujercitas. La academia se defiende diciendo que el género terror en general no está listo para ser incluido en las categorías por la disruptiva y polémica que ésta podría llegar a causar. Además, que la clasificación R, hoy en día no genera el auge suficiente y adecuado (al ser despreciado, se desprecia todavía más).


Finalmente cierro con una de las injusticias más grandes de los Óscares: Dejar básicamente fuera a la película Rocketman de todas las categorías donde tenía un gran potencial de ganar. Especialmente la categoría a mejor actor principal de Taron Egerton interpretando al excéntrico y talentoso músico Elton John. A pesar de que Taron no fue invitado a la ceremonia, el rey Elton sí que lo fue, ganando la única nominación que ésta película tenía bien merecida: Categoría a mejor canción principal. Si bien no fue la mejor canción que pudieron elegir de todas las que están en Rocketman, mínimo le hicieron justicia en ese aspecto.

OPINIÓN BONUS

Hector Portillo de Caja de películas


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